miércoles, 16 de diciembre de 2009

Flores artificiales



C. P. Cavafis
Flores artificiales


No quiero narcisos de verdad -ni me gustan
los lirios ni las rosas de verdad.

Adornan jardines concurridos y vulgares. Su carne
me da pena, dolor y hastío-
su belleza perecedera me agobia.
Dadme flores artificiales -gloria del metal y del esmalte- que
no se marchitan ni se pudren, con formas que no envejecen.
Flores de jardines maravillosos, de otro mundo
donde moran Contemplaciones, Estilos y Saberes.

Amo las flores hechas de oro y cristal,
fieles dones de un Arte fiel;
teñidas de colores más bellos que los naturales,
trabajadas con nácar y esmalte,
con hojas y tallos fantásticos.
Viene su gracia de una Estética sabia y purísima;
no brotan de la sórdida tierra ni del barro.
Si no tienen aroma, derramaremos perfume,
quemaremos ante ellas mirra sentimental.



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